Silueta de una mujer en caballo.

La mujer no debe ponerse ropa de hombre, ni el hombre debe ponerse ropa de mujer, pues todo el que hace esto resulta repugnante al Señor tu Dios.

«Luego Dios el Señor hizo túnicas de pieles para vestir al hombre y a su mujer». Génesis 3:21

Es interesante observar cómo nació la vestimenta para hombres y mujeres. Después del pecado cometido en el huerto de Edén el Señor Dios hizo ropas de pieles con las cuales Adam y Eva (heb. Javá) cubrieran sus cuerpos.

Aunque hoy en día se concluye en que para la confección de aquellas prendas fue necesario matar animales para usar su piel, en ninguna parte de la Escritura se registra semejante cosa, el texto sólo dice que Dios hizo ropas o cubiertas de pieles para vestir a la pareja. La conclusión popular halla fácil establecer que para fabricar aquellas prendas de ninguna manera pudo haber existido otro proceso sino el de matar animales para usar su piel, supeditando así la acción de Dios al razonamiento humano y excluyendo cualquier otra posibilidad. Aún más, ese razonamiento ha concluido en que esos animales «sacrificados y despellejados» debieron haber sido de los que con el correr del tiempo fueron usados como sacrificios y holocaustos a Dios (ovejas cabras o bueyes). Bonita la idea pera las Escrituras nada dicen de eso.

El razonamiento extrabíblico ha agregado un segundo aspecto que, aunque parezca interesante, no deja de ser simple comentario sin fundamento en la Palabra de Dios, ese razonamiento dice que en un acto de compasión Dios mató animales y usó sus pieles para cubrir la desnudez de los humanos: «tenemos un manifiesto acto de misericordia por parte de Dios, lo que indica el perdón y la aceptación de la confesión del hombre, regocijándose en previsión de que el futuro de la victoria sobre la serpiente ha de realizarse por la simiente de la mujer» (Comentario bíblico de Barnes). De ese supuesto perdón de Dios y compasión ha surgido la idea de que Adam y Eva fueron salvados de la muerte eterna. Aunque la idea es bonita y piadosa no pasa de ser extraña exégesis sin relación con la Palabra de Dios.

Contrario a la idea de Barnes, Pablo dice que la muerte reinó desde Adan hasta Moisés (Romanos 5:14), señalando claramente la recompensa que espera a la pareja.

En otras palabras, el error de semejante idea consiste en sugerir que aquél supuesto sacrificio de donde se supone Dios tomó las pieles, prefiguraba el sacrificio de Cristo. Tal interpretación sugiere que el sacrificio de Cristo posee aplicación retrospectiva algo las Escrituras nunca dicen, por que si lo dijeran entonces el sacrificio de Cristo también cubriría a Caín quien supuestamente también se arrepintió al reconocer su falta cometida. Si tal cosa hubiera sido de esa manera Pablo lo habría sabido y por ende nunca habría escrito Romanos 5:14.

Evolución de las prendas de vestir

Hombre y mujer de
la antigua Mesopotamia

Volviendo al tema que hoy nos ocupa, el cual trata acerca de las prendas de vestir para hombre y mujer, algunas preguntas se podrían hacer, entre ellas: ¿Tenían aquellas ropas hechas por Dios algún diseño? ¿Era la ropa de hombre más corta? ¿En qué se diferenciaban la ropa de Adam y Eva? En fin, cualquier detalle como estos, pertenecientes a tiempos prehistóricos, nunca serán conocidos, son cosas de las cuales la Escritura no se ocupa y la arqueología no ha descubierto nada al respecto.

Lo que sí es cierto es que el paso de los siglos fue modificando los sentidos y la iniciativa de los humanos; las artesanías aparecieron, las personas aprendieron a tejer la lana y a confeccionar telas de diferentes colores y diseños y la confección de ropa se hizo indispensable. Ya en los tiempos de Abraham es posible ver las diferencias, una de las cuales era el velo para cubrir el rostro de las mujeres (Gén. 24:65). Asimismo la arqueología se ha encargado de desenterrar estatuas, imágenes y cerámica grabadas donde son representados hombres y mujeres con atuendos de diferentes diseños. Lo interesante de tales descubrimientos es que corresponden a los tiempos del rey Jamurabi, en la misma región y tiempo en que Abraham vivió. Los diferentes estilos de ropa de aquellos tiempos está testificado por imágenes como la figura de la página anterior perteneciente a la región mesopotámica. Aún más notoria es la diferencia de la ropa en las imágenes egipcias en las cuales claramente se aprecia la diferencia de estilos entre hombre y mujer.

Ropa de Mesopotamia

Pareja en un mural
del egipto antiguo

«Las civilizaciones que se desarrollaron en Mesopotamia cerca de los ríos Tigris y Éufrates entre 3000 aC y 300 dC. desarrollaron habilidades impresionantes para el diseño de la ropa. La evidencia de la ropa de estas civilizaciones permanece en esculturas, cerámica, y en los escritos dejados en tabletas y las tumbas reales. Esto indica que existía una próspera industria textil en las primeras civilizaciones de Mesopotamia, que incluía los sumerios (3000-2000 aC), los acadios (2350-2218 aC), los babilonios (1894-1595 aC), los asirios (1380 -612 aC), y los persas (550-330 aC). Los textiles se utilizaron para fines comerciales y también se les dio como regalo a los reyes y reinas». (Fashion Encyclopedia=Enciclopedia de Modas).

No parece que a través de 6000 de existencia de la humanidad la ropa haya estado sujeta a confusión, por el contrario, en la mente de los fabricantes estuvo la necesidad de apegarse a las normas de lo tradicional que establecían marcada diferencia en la ropa de ambos géneros y seguramente pudo haber sido ofensivo el diseño de estilos que pudieran servir para ambos sexos.

Diferencias regionales

No aborda este estudio nada respecto a diferencias culturales a través de las edades ni de hacer comparación entre los países de Occidente, del Oriente Medio o de los Asiáticos, ni mucho menos intentar reconciliar culturas sugiriendo fusión de costumbres, ya que tal cosa es imposible e incluso los pueblos, culturalmente diferentes, jamás lo han intentado. Por ejemplo, nunca ha estado en la cultura hindú modificar su estilo de vestir, o de tratar de imitar a otras culturas. Este estudio trata exclusivamente de una comparación entre la información proporcionada por la Santa Escritura y la evolución de la ropa femenina dentro del Cristianismo del mundo occidental.

Gente común en el antiguo Israel

Prisioneros israelitas vestidos,
esclavizados por Tiglat Pileser
- 2 Rey, 15:29

La pregunta de algunos es: ¿Cómo se establecía la diferencia entre la vestimenta de hombres y mujeres en el Israel antiguo siendo que ambos usaban ropa igual? La pregunta podría parecer un poco difícil de resolver, lo cierto es que la ropa de ambos era diferente. Gracias a la arqueología que ha descubierto gran cantidad de esculturas, grabados en muros y paredes y hasta en alfarería, en la cual aparecen imágenes pintadas, podemos conocer que sí había diferencia en la vestimenta. En esta representación conmemorativa de la victoria de Tiglat Pileser sobre los israelitas por el siglo IX a.C. El estilo de vestimenta masculina está claramente expuesto.

La siguiente figura es la de una moneda conmemorativa de la victoria romana sobre los judíos en el año 70 d.C. en donde claramente puede mirarse al lado derecho de la palma a una mujer sentada y vestida de una manera tal que claramente se aprecia el estilo de ropa. A la izquierda en esa moneda aparece la imagen de un judío.

Vestimenta masculina está claramente expuesto.

Aunque estamos a muchos siglos de distancia entre las culturas del Oriente Medio y las actuales occidentales, puede verse que en aquellos tiempos había diferencia entre la ropa diseñada para hombres y la diseñada para mujeres.

Seguramente, aunque no hubiera testimonio arqueológico siempre se concluiría en que había diferencia en el vestir. El pueblo temeroso de Dios jamás imaginaría hoy en día que en la vida cotidiana Abraham pudiera haberse confundido tomando algún vestido de Sara sin notar la diferencia, o que Sara hubiese estado en dificultades para conocer la diferencia de ropas. Sería inaudito imaginar que la ropa de hombre y la de mujer hayan sido motivo de confusión. Ahora pasemos al siguiente subtítulo.

¿Qué dice la Escritura? Deuteronomio 22:5

«La mujer no debe ponerse ropa de hombre, ni el hombre debe ponerse ropa de mujer, pues todo el que hace esto resulta repugnante al Señor tu Dios».

A como está escrito este texto resulta enteramente clara la orden de Dios; ninguno de los dos debe traspasar los límites demarcados ya que sirven para diferenciar exteriormente al hombre de la mujer. Dios toma como repugnante o abominable el que el hombre use ropa de mujer o que la mujer use la de hombre. Como se viene comentando, la diferencia era ostensible.

El texto es claro y no es necesario desfigurarlo argumentando razonamientos que puedan modificarle el significado.

Los equipos encargados de producir Biblias, tanto de las Sociedades Bíblicas, como de otras casas editoriales, son expertos en las lenguas de las Santas Escrituras, y no tienen que recurrir a consultar comentarios populares de la Biblia. De allí que, conociendo su campo, no vacilan en traducir Deuteronomio 22:5 como la Reina Valera lo hace. Igual a como ésta Versión traduce, así todas las demás versiones, lo cual significa que al mencionar ropa de hombre se está refiriendo a algo específico.

En relación a Deuteronomio 22:5, el Biblical Illustrator (Ilustrador Bíblico), dice:

«Dios pensó en la vestimenta femenina como de suficiente importancia que no se discute en la Biblia.

[...] Muéstrame ilustraciones de modas de cualquier siglo desde la época del diluvio hasta este, y yo te diré el estado exacto de la moral pública. De vez en cuando hemos importado de Francia, o tal vez inventado en este lado del océano, algún estilo que propone en la medida de lo posible que las mujeres se vistan como hombres. Los trajes de los países son diferentes, y en el mismo país pueden cambiar, pero hay una desemejanza divinamente ordenada que debe respetarse siempre. Cualquier divergencia con respecto a esto es administrativa del vicio y corre contra el empuje agudo del texto. En mi texto, como por una parábola, se hace evidente que Moisés, el escritor inspirado, con la misma vehemencia como a nosotros mismos, reprende al hombre afeminado y la mujer masculina.»

El comentario de Albert Barnes (en Inglés) dice:

«Lo prescrito a un hombre - es decir, no sólo su vestido, sino todo lo que especialmente se refiere claramente a su sexo; armas, domésticos y otros utensilios, etc. La distinción entre los sexos es natural y establecido por Dios, y no puede ser descuidada sin decoro y el consiguiente peligro para la pureza (comparar 1 Cor 11:3-15)».

Se omite citar otros comentarios puesto que todos concuerdan en una misma opinión. Todos concluyen en que la interpretación correcta de Deut. 22:5 orienta el razonamiento a que se mantenga en la interpretación correcta, impidiéndole saltar el muro hacia la desobediencia. Todo lo cual testifica que los comentaristas, conociendo el asunto, sostienen una misma interpretación del texto y sostienen que la mujer no debe usar ropa de hombre.

El texto es claro y no se presta para manipulación en el sentido de argumentar que el pantalón de mujer tiene corte diferente al de hombre y por lo tanto no son iguales, tampoco el texto está diciendo que la mujer no debe usar la ropa del esposo, y otros argumentos que se abordan más adelante.

Analizando Deuteronomio 22:5

Los gregüescos o
greguescos son un tipo
de calzas o calzón
masculino, corto y abombachado

Si tuviéramos que leer la transliteración hebrea de Deuteronomio 22:5 usando nuestro alfabeto leeríamos algo así como:

«Lo yijiyé jelí-géver al-ishá veló yilbásh géver simlat ishá ki toavat Adonái Elohéja kolosé éle».

De esto las dos palabras a comentar son jelí géver. En esta parte los traductores de la Biblia enfrentan el reto de alcanzar una traducción ceñida lo más posible al texto hebreo; es reto por que al igual que cualquier otra lengua, en la hebrea una palabra puede poseer varios significados. Tal es el caso de jelí géver traducido como «No vestirá la mujer ropa de hombre».

Acerca de géver

Como se dice, la palabra géver posee diferentes significados que deben ser aplicados según los versos donde se usa. El plural de géver es giborim cuya palabra es vertida en Génesis 6:4 como hombres famosos o varones de renombre. En su trasfondo este adjetivo «giborim» es aplicado a hombres fuertes físicamente y de carácter. De acuerdo a la Concordancia Exhaustiva de Strong (edición en Español), esta palabra ocurre en la Biblia 65 veces, y puede significar: «hombre valeroso o guerrero; gen. simplemente persona:—hombre duro, varón». Como se está diciendo, puede identificar a un hombre ya sea valeroso o guerrero, a un hombre duro, o varón dependiendo del contexto en que se use.

Acerca de jelí (o kelí)

Si la palabra géver posee varios significados y aparece en las Escrituras 65 veces, la palabra jeli, según esta renombrada Concordancia, aparece en las Escrituras unas 325 veces con diferentes significados, entre ellos: algo preparado, i.e. cualquier aparato (como implemento, utensilio, vestido, vaso o arma):—adorno, alforja, alhaja, apero, arma, bagaje, bolsa, carga, cesto, cosa, efecto, enseres, escudero, instrumento, joya, mueble, nave, olla, paje, pertrecho, recipiente, saco, salterio, taza, trasto, utensilio, vajilla, vasija, vaso, yugo, zurrón.

Como se puede ver, el traductor o traductores de las Escrituras (como se dice arriba) deben usar su sentido común y experiencia hermenéutica para verter de la mejor manera posible ésta palabra a fin de que corresponda correctamente con su contexto o trasfondo.

Algunas opiniones sostienen que jelí significa armadura o coraza y no vestido o ropa, sosteniendo con eso la idea de que Deuteronomio 22:5 no se refiere a ropa de hombre sino a la armadura que los soldados usaban para ir a la guerra. Pero esas opiniones se quedan cortas porque evitan tres cosas: 1- Evitan exponer en sus comentarios la amplia lista de significados que tiene jelí. 2- Evitan explicar las razones por las cuales se decantan exclusivamente por armadura sin dar razones exegéticas por qué omiten el significado de vestido (ropa) que es otro de los significados de esta palabra. 3- En la interpretación que dan al verso le agregan un significado que no tiene, (vea la lista de significados aquí colocado). Curiosamente, ninguna de las 325 veces en que jelí aparece en las Escrituras hace referencia a coraza, todo porque en Hebreo coraza tiene una palabra específica, y como es específica no está incluida en la lista de significados.

Considere 1 Samuel 17:38 en cuyo texto la palabra coraza no es jeli sino shiryón que es un nombre específico para esa pieza de guerra. Si en Deut. 22:5 Dios hubiera querido referirse a coraza o armadura habría sido explícito usando la palabra shiryón mas no lo hace porque seguramente al usar jelí él está prohibiendo que la mujer use todo cuanto corresponde al uso de los hombres.

Por consiguiente, asegurar que Deuteronomio 22:5 se refiere a coraza en vez de ropa de hombre da lugar a amplios comentarios desfavorables. Los (pocos) comentarios populares (no Comentarios de la Biblia) que se encuentran en la internet erran evadiendo explicar ampliamente el asunto en lugar de lo cual atropellan con fuerza el razonamiento imparcial.

Acerca del significado amplio de jelí géver

Algunas versiones en Inglés, evitando usar el término ropa o vestimenta, optan por escribir libremente «cosas de hombre» (Young's Literal Translation, etc.), lo cual podría ser correcto en cierto modo ya que permite que el lector escoja cualquiera de los significados; el problema con esto es que el lector sin suficiente experiencia hermenéutica y sin acceso a la lengua hebrea nunca podrá establecer el significado correcto de la palabra jelí géver tal como se usa en Deuteronomio 22:5, y aunque se incline a creer en la traducción de las versiones de la Biblia, queda expuesto a vacilar ante cualquier argumento encaminado a desvirtuar la prohibición de usar ropa de hombre.

¿Por qué jelí es vertido en Español como ropa y esa traducción es correcta? Es correcta porque toma en cuenta dos cosas: 1- Porque ropa es uno entre sus muchos significados. 2- Por el contexto está implícito ese mismo verso, ya que la segunda declaración que Dios hace claramente dice que «ni el hombre debe usar ropa (simláj) que pertenezca a la mujer» lo cual hace inferir que las versiones en Español e Inglés forman exacta correlación en las dos oraciones.

La King James Versión del Siglo 21 ha traducido así:

5 “The woman shall not wear that which pertaineth unto a man; que viene siendo: «La mujer no usará lo que pertenece al hombre». Esta traducción también es correcta porque va en consonancia con los múltiples significados de jili, de esa manera da a entender que la mujer no debe usar nada que pertenezca a (o sea destinado a) los hombres.

Es claro entonces, que la traducción: «La mujer no debe usar ropa de hombre, ni el hombre debe usar ropa de mujer, pues todo el que hace esto resulta repugnante al Señor tu Dios» es correcta, y que interpretar este verso sugiriendo que se refiere a armadura o coraza es incorrecto.

Historia del pantalón femenino en el siglo XX

Vestido de mujer, siglo XV

Del sitio web Judaísmo Virtual, de la sección de preguntas y respuestas, se transcribe la Respuesta #1052.

«Respuesta a cargo de R' David ben Israel:

Shalom Ariel: Para responder vuestra pregunta, echaremos un vistazo a la historia de los pantalones.

Historia de los pantalones

Los romanos, en la antigüedad, no llevaban medias ni calzas. Ellos aprendieron el uso de calzoncillos y bragas de los germanos, quienes las utilizaban para protegerse del clima hostil reinante en su región. Pero no tomaron el nombre de los germanos, sino que las denominaron con un derivado del término con el cual designaban el calzado, es decir, calceus (zapato, en latín) dio lugar a calcea (calza, en latín).

En los siglos medievales, con la evolución de la moda, se las hizo cada vez más largas, hasta que llegaron a la cintura, pero su nombre no fue alterado.

En el siglo XVI la prenda se dividió en dos partes, la que cubría el abdomen y parte de los muslos se siguió llamando calza (con su aumentativo calzones o su diminutivo calzoncillos) y la que cubría los pies y las pantorrillas, calcetas o medias calzas (actualmente calcetines y medias)

Respecto a las braca (bragas, en latín) se piensa que tuvieron su origen en la voz celta braqui, que es el nombre de una tribu celta que se asentó en el sureste de la actual Francia y en el noroeste de la actual Italia. Ellos vestían una especie de calzones de cuero que no utilizaba ninguna otra tribu de la zona. Más tarde, se reforzó la parte delantera de manera ostensible en las armaduras, otorgando a tal sector el nombre de bragueta. Ambos nombres, pues, estaban referidos a prendas masculinas.

Las bragas de los pueblos galos y celtas son el antecedente de los pantalones.

Cuando los bárbaros dinamitaron el Imperio Romano se popularizó su uso aunque entre gente sencilla y campesina.

Las personas importantes usaban bombachos cortos o medias ajustadas y una túnica suelta que les llegaba hasta la rodilla. Esto fue así hasta el siglo XVII.

El término pantalón apareció a finales del siglo XVIII, y fue tomado del francés pantalón. El término francés deriva del nombre de Pantalone, personaje de la Commedia dell'Arte italiana.

Este personaje vestía capa y pantalones semejantes a los de ahora, largos y amplios que le llegaban hasta la rodilla. El pantalón, que durante mucho tiempo fue una prenda exclusivamente masculina, dio origen a la frase "Llevar los pantalones" por mandar y ser muy hombre.

Los pantalones y las mujeres

El uso del pantalón en las mujeres se dio en los pueblos y naciones donde las mujeres comenzaron a trabajar en el campo a la par de los hombres. En este caso, los pantalones eran utilizados por las mujeres para asemejarse a los hombres y poder hacer su trabajo. Pero en muchos países de Europa y Norteamérica los pantalones no formaron parte de la indumentaria de la mujer hasta el año 1920.

Durante la segunda guerra mundial (de 1941 a 1945) las mujeres empezaron a trabajar en fábricas para sustituir a los hombres ausentes y se acostumbraron a llevar monos y otras prendas "masculinas".

Vemos que el pantalón es una prenda exclusiva masculina, y las mujeres empezaron a usarlo solo para ser como los hombres, y eventualmente hacer el trabajo de hombres. Jamás se habló del pantalón como una prenda femenina, o como un identificativo de la mujer».

El comentario aquí transcrito es sumamente claro por lo que se evita comentar sobre lo dicho.

La Wikipedia, que es otra fuente de información, dice:

Pantalón femenino

Históricamente, en el mundo occidental, las mujeres han usado vestidos e indumentaria parecida a las faldas, mientras que, los hombres, usaban pantalones. A finales del siglo XIX, las mujeres empezaron a usar pantalones para el trabajo industrial. Durante la Segunda Guerra Mundial, las mujeres llevaban los pantalones de su marido cuando acudían a su empleo, y en la década de 1960 se fabricaron pantalones de moda, especiales, para las mujeres. En Estados Unidos, esto pudo deberse a la aprobación del título IX de las Enmiendas de Educación de 1972, que hizo que la educación pública tratase por igual tanto a hombres como a mujeres, y que no se exigiese a las estudiantas un código de vestimenta diferenciado, ya que éste cambió en casi todas las escuelas públicas de Estados Unidos. Hoy en día, las mujeres usan pantalones con más frecuencia que faldas, y muchas de ellas llevan pantalones casi todo el tiempo.[cita requerida]

Si bien los pantalones para mujeres no se convirtieron en artículos de moda en los países occidentales hasta finales del siglo XX, desde el siglo XIX las mujeres comenzaron a usar pantalones de hombre (debidamente modificados) para el trabajo al aire libre. Las muchachas mineras marrones de Wigan provocaron polémica en la sociedad victoriana a raíz del uso de pantalones para el trabajo peligroso en las minas de carbón. Vestían faldas sobre los pantalones y las hacían rodar hasta la cintura para mantenerlas fuera de camino.

Las mujeres que trabajaban en granjas en el oeste americano del siglo XIX también llevaba pantalones de equitación y, a principios del siglo XX, muchas veces las aviadoras y otras mujeres que trabajaban también llevaban pantalones. El hecho de que actrices como Marlene Dietrich y Katharine Hepburn con frecuencia fueran fotografiadas de pantalones de la década de 1930 ayudó a que los pantalones fueran más aceptados por las mujeres. Durante la Segunda Guerra Mundial, las mujeres que trabajaban en las fábricas o en otras formas de "trabajo de hombres" en los servicios bélicos, usaban pantalones cuando el trabajo lo exigía, y en la posguerra, los pantalones se convirtieron en ropa casual para la jardinería, la playa, y otras actividades de ocio.

En Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial, a causa del racionamiento de la ropa, muchas mujeres tomaron la ropa de sus maridos civiles, incluidos los pantalones, para trabajar mientras sus maridos estaban ausentes en las fuerzas armadas. Esto fue en parte porque las consideró como ropa práctica para el trabajo y, en parte para permitir que las mujeres mantengan sus prestaciones de ropa para otros usos. Dado que esta práctica de usar pantalones se hizo más generalizada y la ropa de los hombres estaba ausente, fueron necesarios reemplazos, por lo que en el verano de 1944 se informó que las ventas de pantalones de mujer eran cinco veces más que el año anterior.1

En la década de 1960, André Courrèges introdujo el pantalón largo para las mujeres como objeto de moda, llegando a la era del traje pantalón y corte vaquero y a la erosión gradual de las prohibiciones en contra de que las niñas y mujeres usasen pantalones en las escuelas, el lugar de trabajo, y en buenos restaurantes.

Estas dos fuentes transcritas proporcionan extensa información de cómo la ropa de hombre y mujer ha evolucionado a través de los siglos hasta llegar a nuestros tiempos en los cuales es común que la mujer vista pantalones. Por haber cambiado el mundo cristiano en un giro que ha llevado a que entre los cristianos y el mundo no haya diferencia, las cristianas usan pantalones sin importarles que eso sea repugnante ante el Altísimo.

La excusa más común es que «los pantalones de mujer son muy diferentes a los de hombre», o, «el corte de los pantalones de mujer diferente». Etc. ¿Será que la diferencia en el corte hace desaparecer la diferencia que Dios hizo? ¿Será que los argumentos para desobedecer convencen a Dios?

«La mujer no debe ponerse ropa de hombre, ni el hombre debe ponerse ropa de mujer, pues todo el que hace esto resulta repugnante al Señor tu Dios». Deuteronomio 22:5.

Maravillosamente Dios nunca cambia en cuanto a lo que dice, lo cual significa que sus declaraciones no pierden significado a medida que el tiempo transcurre sencillamente porque él no depende del tiempo como nosotros, ni se ve obligado a cambiar sus designios debido a que la desobediencia aumenta con el transcurso del tiempo.

La pregunta es: ¿Usan las mujeres ropa de hombre? Sí, la usan con cortes adecuados al cuerpo; mas el corte diferente de ninguna manera significa que deja de ser pantalón. ¿La mujer cristiana sigue el mismo dictamen de la moda?, sí, entre el mundo y el cristianismo no existe diferencia. ¿Las hijas de Dios deben unirse a las multitudes cristianas adoptando razonamientos o excusas? Ellas deben pensar seriamente al respecto ya que entre el mundo y el pueblo de Dios no hay ninguna relación. FIN.