Siendo el asunto de la predestinación uno de los más difíciles de tratar, pocos se aventuran a dar una explicación concluyente. Aquellos que se aventuran difícilmente encajan en el punto de vista de los demás. Aún a sabiendas de que eso es así, debido a que de vez en cuando se me pregunta cuál es mi punto de vista, voy a exponer lo que medianamente entiendo al respecto, no sin antes asentir en que mi punto de vista encontrará muchos obstáculos en el pensamiento de mis lectores. Sabiendo que el tópico es uno de los más difíciles a los cuales pueda enfrentarse el cristiano, he de subrayar que entender lo que es la predestinación no es fácil, al contrario, es bastante difícil por la profundidad de los elementos que alternan dentro de ella y de aquellos que giran a su alrededor. De hecho, posiblemente mucho de lo que aparece en este artículo no sea entendible a simple vista, requiriendo del lector paciencia y esfuerzo para relacionar ideas. Como quiera que sea, si al final, el amable lector siente que he encajado en algo en su punto de vista, me sentiré satisfecho, si no, entonces sentiré que es necesario buscar aquellas palabras con las cuales formar ideas de más fácil entendimiento.
1-Definición popular de predestinación
Dentro de las ideas humanas la predestinación viene siendo algo así como fijar por anticipada la suerte de una persona, de modo que pase lo que pase, lo quiera o no, la persona de una manera u otra vendrá a encajar en aquello para lo cual fue predestinado, de ello no podrá librarse por mucho que lo desee. Así, se dice que el borracho es borracho porque estaba predestinado para ser borracho, y por mucho que se esfuerce por dejar de beber licor nunca lo conseguirá, sencillamente porque nació para ser borracho. El ladrón es ladrón porque estaba predestinado para ser ladrón, y por mucho que se esfuerce por abandonar su actitud nunca lo conseguirá, sencillamente porque estaba predestinado para ser ladrón. Incluso se dice que Judas estaba predestinado para ser el traidor que con un beso entregaría al Divino Maestro. Estos y otros más pueden citarse como ejemplos de lo que algunas veces es considerado como predestinación.
A decir verdad, cuando humanamente se establece la predestinación desde ese ángulo, viene a concluirse en que el autor de la infelicidad y desgracia de la humanidad es Dios, lo cual es una idea enteramente extraña que ofende al Creador que en ningún momento ha creado al humano para que sufra.
2-Puntos de vista populares respecto a lo que es la salvación y la condenación por predestinación
Otro de los aspectos bastante interesantes que fácilmente nos hacen pensar es aquel que dice que si una persona está predestinada para la salvación, entonces no importa cómo se comporte delante de Dios, no importa si acepta al Señor como salvador o no, no importa que cometa cuantos crímenes desee cometer, después de todo, si está predestinada para la salvación, entonces va a ser salva. Lo mismo se dice de las personas que han sido predestinadas para condenación, estos, se dice, por mucho que se esfuercen por portarse bien delante del Señor, por mucho que se afanen en obedecer de nada les vale, si fueron predestinados para la condenación entonces cualquier esfuerzo que hagan por santificarse de nada les sirve sencillamente porque el Gran Salvador de la humanidad, aquel cuyo Padre ha declarado que no quiere que ninguno se pierda sino que todos procedan al arrepentimiento, les ha excluido y les ha vedado cualquier oportunidad de salvación. Seguramente para una mente razonadora semejantes conclusiones resultan inaceptables, con todo, su inaceptabilidad viene a estrellarse contra el muro que se ha formado por el modo en que la predestinación ha sido establecida o definida.
Según parece, el mismo sentido común nos hace ver que tanto lo que ha sido definido como predestinación, como la suerte de los predestinados, no encajan con la realidad establecida dentro de las Sagradas Escrituras. Imparcialmente hablando, lo que popularmente se entiende por predestinación no encaja con el plan divino de salvar a todos aquellos que lo deseen. Por lo tanto, si no encaja con la realidad, entonces necesariamente debe existir una definición que sí encaje con el plan de salvación, una que no lo contradiga, una que en lugar de alejar nuestro razonamiento lo acerque lo más posible a lo que en realidad es la voluntad divina. Siendo que la definición popular no corresponde con la realidad de la naturaleza de Dios ni con la naturaleza del sacrificio redentivo del Cordero de Dios a favor de todos los humanos sin excepción, conviene buscar un significado afín, un significado iluminador, un significado real.
3-Lo que no es predestinación
La predestinación no es una decisión con la cual Dios haya marcado a alguien desde antes de nacer ya sea para salvarlo “cueste lo que cueste” o para condenarlo, para mortificarlo toda su vida por medio de infelicidades y dolor, o para llenarlo de felicidad toda su vida. La predestinación no es determinación divina sobre los humanos. Así, ser salvo o ser condenado es producto exclusivo de la determinación humana lo cual está plenamente demostrado en Jeremías 2:19:
“Tu maldad te castigará, y tus rebeliones te condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos”.
Lo mismo puede decirse respecto a la felicidad o infelicidad del mundo, eso no es decisión divina, sencillamente porque todo desequilibrio que en la vida acontece provino de la decisión tomada por la primera pareja en el Jardín del Edén. Es de recordarse que Dios creó al hombre en felicidad, el hombre eligió la infelicidad. De consiguiente, la predestinación, tal como es entendida en el sentido de ser Dios quien enmarca a toda persona para que le suceda cuanto le haya asignado en la vida, está fuera del contexto de las realidades sobre las cuales el Creador actúa.
4-Lo que es predestinación
Posiblemente el contenido encerrado en este subtítulo sea un poco difícil de asimilar, por lo que se sugiere al lector prestar toda la atención posible, de ese modo podrá ver claramente lo que es la predestinación.
Predestinación es el nombre que podría dársele al conjunto de factores tanto negativos como positivos creados por Dios en la eternidad dentro de los cuales toda persona encaja sin que sea Dios quien la determine o induzca a encajar en cualquiera de ellas. Dentro de los factores positivos están los buenos sentimientos, la inclinación natural a hacer el bien, el deseo de buscar a Dios, el deseo de apartarse del mal, factores sicológicos, el tiempo y muchos otros más. Dentro de los factores negativos están los defectos personales de carácter, la inclinación a hacer el mal, los factores sicológicos negativos, el tiempo y muchos otros más. Todos los humanos están involucrados en esos dos tipos de factores. De hecho, nadie ha sido designado por Dios para ser salvo, ni nadie ha sido designado para ser condenado, nadie ha sido designado para ser bueno ni nadie para ser malo, pero por lo que cada uno es es que encaja en cualquiera de esos dos grupos (¿Se entiende esto?)
5-De la naturaleza de los seres
¿Por qué es que unos encajan dentro de los factores positivos y otros dentro de los negativos? Para conocer la raíz se hace necesario volver la mirada hacia el pasado, hasta el momento en que el hombre fue creado por Dios y colocado en Edén. Dios creó al hombre libre de defectos, además lo creó libre, no esclavo, lo creó con las facultades que le hacen determinarse sobre cualquier fenómeno que toque a su espíritu y a su alma, de tal manera que estando frente a esa situación, pueda decidirse, de ese modo obtiene resultados. Por su libre determinación fue que Adán escogió el mal, viniendo a quedar envuelto en una serie interminable de fracasos, dolor , miseria y muerte. El problema es que su fracaso no sólo le tocó a él, más bien toda su descendencia vino a ser involucrada. Por lo que se ve dentro de las Escrituras, el pecado hizo que la naturaleza humana de Adán viniera a quedar dividida entre el bien y el mal. Él no perdió lo bueno de que fue dotado, pero tomó para sí lo malo; de esa manera su naturaleza vino a ser una mezcla de bien y de mal. Esa herencia deformada es heredada por su descendencia, lo cual está claramente demostrado en sus primeros dos hijos: Caín y Abel de cuyas personas todos conocemos la historia. La demostración viene a encontrar su total significado en el resto de humanos ya que todos poseemos rasgos del bien y rasgos del mal. Por el apóstol Pablo está demostrado que el desajuste de Adán es una herencia que todos llevamos: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron...” (Romanos 5:12).
Porque Dios es recto, justo e imparcial, es que desde la eternidad, antes de crear al hombre, trazó ambos factores, de modo que es el humano quien por diferentes motivos encaja en cualquiera de ambos grupos. Siendo Dios justo y perfecto, no manipula a nadie según su deseo o conveniencia, tampoco le obliga a escoger lo bueno, al contrario, decidió crear al hombre con plena capacidad de razonamiento y de determinación para que libremente eligiera lo que más le atrajera.
Así entonces, los factores que conocemos como predestinación fueron creados por Dios, el humano encaja dentro de ellos. Esto claramente dice que todo humano está predestinado o sea, está dentro de la predestinación, cada uno encaja dentro de los dos grupos de factores.
6-De la predestinación de Nuestro Señor Jesucristo
Veamos cómo nuestro Señor encajó dentro de los elementos de la predestinación. De él la Escritura dice que murió a favor de todo el mundo. Lo interesante es saber por qué necesariamente tenía que ser él y no un ángel o un arcángel o un queribín o un serafín o un terreno que moriría a favor de toda la humanidad. La designación del Señor Jesucristo como propiciación por el pecado no fue antojadiza. Su designación no ocurrió porque nuestro Padre, siendo el Soberano haya decidido que su hijo viniera a padecer muerte. Más bien, él fue designado porque en la eternidad era el único que encajaba para cumplir semejante misión. Ningún otro ser celestial calificaba, no porque ellos sean impuros, pues de ninguna manera lo son; sino porque el humano caído requería de un substituto cuya categoría fuese similar. Este es el punto. Recuérdese que los seres celestiales creados no son similares al Gran Creador, el único a imagen y semejanza de Dios es el hombre. El hombre sí es similar y lo fue en todo su significado antes de cometer pecado. Si el hombre posee la imagen y semejanza divina, entonces el Hijo, que también es nuestro Creador, era el único designable para pagar con su muerte la muerte que nosotros merecíamos. De ese modo fue como él encajó en los elementos de la predestinación. Ningún otro ser en la Creación estaba adecuado, sólo uno, uno que no es parte de la Creación, nuestro Salvador. Obsérvese que predestinación es encajamiento de alguien en determinados factores.
Entender las bases sobre las cuales nuestro Señor fue designado como nuestro salvador es crítico para entender cómo funciona lo relacionado a la predestinación en los humanos.
7-El caso de Judas
Algunas veces se dice que Judas estaba predestinado para entregar al Salvador. Con eso se quiere dar a entender que él había sido previamente designado por Dios para ser el traidor. Si se entiende que Dios no creó al hombre para matarlo sino para darle vida eterna, entonces se entiende que él no creó a Judas con los elementos negativos de la predestinación. El caso de Judas no es un caso aislado, véase por qué: Ningún humano sabe por qué Dios envió a su hijo a nacer en el tiempo en que nació. Por qué no nació antes o después es cosa que no sabemos, sólo Dios lo sabe, lo cierto es que él nació “cuando el tiempo se cumplió”, como dice Pablo en Gálatas 4:4. Herodes nació antes que él, los magos que fueron a adorarle nacieron antes que él, y fueron ellos y no otros los que fueron a adorarle. María, José, los apóstoles, etc. Todos alternaron con nuestro Salvador porque nacieron antes que el tiempo del aparecimiento del Señor sobre la tierra se cumpliera, es más, nacieron justamente en el momento en que debían nacer, ni antes ni después. Todo esto forma accidentes en el tiempo que nos es imposible explicar, el único que tiene la explicación es Dios porque él lo conoce todo. Por qué todos ellos, incluyendo a Judas encajaron dentro del tiempo y en las acciones que desarrollaron es cosa que nuestro entendimiento no alcanza a discernir.
8-De la excelsa misericordia
“Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia” (Romanos 9:16).
En ocasiones, cuando se habla de la predestinación, se cita este versículo para decir que la suerte de cada persona ya está echada; que no importa cuánto bien o cuánto mal se haga, después de todo, “nuestro futuro ya fue determinado por Dios”. Pensar de ese modo tomando como base este versículo no parece acertado. Primero, porque el versículo no se refiere a que Dios ha designado el destino de cada humano. Segundo, porque el versículo se refiere al pueblo de Israel y no a todo el mundo. En el capítulo 9 de Romanos Pablo está hablando de las decisiones que Dios toma, y que el humano desconoce las causas por las cuales él se determina como lo hace.
Ahora bien, lo que en este versículo 16 hace Pablo es exaltar la misericordia divina. Él está diciendo que ningún esfuerzo personal tendría valor o méritos si no fuera porque Dios siendo tan sublime y elevado como lo es, decide mirar al humano y darle de su gracia, de su misericordia y de su compasión. El texto no está diciendo que Dios favorece y otorga la vida eterna a cualquier persona que carezca de interés por la salvación. Tampoco está refiriéndose a que los deseos y esfuerzos de santificación para salvación de los humanos sean sin fruto porque de antemano Dios haya decidido reservar a determinada persona para matarla en el día postrero. La despiadez (o ser despiadado) es un sentimiento que no forma parte de la naturaleza divina. Deben tomarse en cuenta todas las virtudes que posee el Creador, y lo que es su naturaleza, de otra manera se forman conclusiones que no encajan con la realidad.
9-Un texto revelador
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Este texto deshace totalmente la creencia popular de cómo funciona la predestinación. Dios no predestina a nadie ni para salvación ni para condenación, lo cual es razonable, porque si Dios predestinara la suerte de los humanos, entonces la muerte de nuestro Señor a favor de todos los humanos habría sido inútil y sin ninguna razón. Su muerte redentora abarca a todas las personas por igual, para darles a todos la misma oportunidad, de nosotros depende optar por la salvación o por la condenación.
10-Un texto interesante
“Todas las cosas ha hecho Jehová para sí mismo, y aun al impío para el día malo” (Proverbios 16:4)
En este texto no dice que a unos creó Dios para sufrir las consecuencias en el día malo, que es posiblemente la idea que salta a primera vista. Lo que aquí dice es que Dios es el creador de todo, hasta del impío quien debido a su impiedad sufrirá las consecuencias en el día malo. Dentro del diseño de la creación y de los factores que la componen, está establecido que el bien es gozado por los que caminan rectamente, en justicia; el mal fue diseñado para los que se comportan impíamente. Recuérdese que todo cuanto el humano hace tiene resultados. Los resultados son una ley que nada ni nadie puede evadir. ¿Creó Dios al impío ya siendo impío? La respuesta es no, Dios no ha creado impío a nadie, más bien es la persona la que encaja dentro de ese factor, para ese tipo de personas fue diseñada la adversidad y encajan en ella.
11-Predestinación significa retrospección de la eternidad hacia el futuro
Posiblemente este subtítulo no sea fácil de entender por estar sintetizado, con todo, a medida en que se vaya leyendo se verá que es el modo más claro de explicar lo que a continuación se dice, y así se entenderá con verdadera claridad que la predestinación surge sólo hasta después de que los eventos guardados en la mente divina vienen a ser realidad dentro del género humano. Póngase suma atención a lo que Pablo dice:
“Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor, habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados, según las riquezas de su gracia que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad...” (Efesios 1:4-11).
El versículo 4 dice que Dios nos escogió en Cristo desde antes de la fundación del mundo, o sea en la eternidad. Y nos escogió para que fuésemos santos y sin mancha delante de él. Por supuesto que uno sabe que esa escogitación fue hecha en base a la rectitud divina, sobre bases proporcionadas por los mismos humanos. Los salvos son salvos desde la eternidad, antes que la Creación sea realizada, antes que cada persona haga su aparición sobre la tierra. Para poner más clara la idea puedo decir que Dios en la eternidad conoce quienes iban de aceptar a Jesucristo como salvador cuando viniera al mundo a morir por la humanidad. De su propio peso cabe entender que los condenados en la eternidad lo son sencillamente porque de antemano Dios miró quiénes rechazarían el evangelio. De esta manera puede verse que la selección que Dios hizo en la eternidad no fue antojadiza o por demostrar que él hace lo que quiere, sino por conocer de antemano cuál iba a ser la actitud de cada humano. Por esto es que el subtítulo dice “retrospección de la eternidad hacia el futuro”, porque primero es la eternidad, después el tiempo, después cada humano.
Obsérvese cuidadosamente lo siguiente: Los eventos narrados en el verso 4 se refieren a la eternidad, los del 5, se refieren a los mismos eventos ya materializados en la tierra, a eventos que ya no sólo iban a suceder, sino que ya están sucediendo en la tierra, involucrando la venida de nuestro Señor y a unos humanos aceptándolo y a otros rechazándolo.
La predestinación para salvación nace en Dios no porque él nos haya querido salvar sin saber cuál iba a ser nuestra decisión, si aceptar al Señor o rechazarlo. La decisión divina de predestinar para salvación a los santos nació como consecuencia de que por anticipado él conocía cuál iba a ser nuestra decisión. La predestinación o designación previa de una categoría especial nació sólo hasta después de conocer Dios que venido el tiempo nosotros aceptaríamos a Jesucristo como salvador. Interesantemente Pablo proporciona la información poniendo ordenadamente cada uno de los accidentes que estoy mencionando. Obsérvese atentamente:
“Porque a los que antes conoció, también predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que antes predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó...” (Romanos 8:29-30).
Obsérvese cuidadosamente que las palabras de Pablo llevan un seguimiento ordenado: 1-Dios nos conoció. 2-Por habernos conocido, nos predestinó. 3-Después de predestinarnos nos llamó. 4Después de llamarnos nos justificó. 5-Después de justificarnos nos glorificó. ¿Interesante, no?
De esa manera es que los predestinados son predestinados, sencillamente porque encajan dentro de las áreas de la predestinación que de antemano Dios propuso en la eternidad, a fin de que quienes encajen, sean llamados a obtener la vida eterna.
Otros versículos que mencionan la predestinación giran alrededor de estos mismos aspectos, de hecho, evitaré comentarlos, dejando a iniciativa del amable lector el análisis correspondiente. FIN.