Un detalle sencillo para mostrar que el Profet Elías no fue llevado a la gloria.
“Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino” (II Reyes 2:11).
El arrebatamiento del profeta Elías por un torbellino al cielo, ha sido motivo de variados comentarios, todos con el propósito de validar la idea de que su arrebatamiento fue para llevarle a la gloria. Nadie discute que un carro de fuego apartó a Elías de Eliseo cuando ambos iban por el camino, y que un carro de fuego levantó a Elías de la faz de la tierra al cielo. Pero que ese cielo sea donde mora Dios, eso sí es motivo de discusión. Quizás no de discusión, sino de aclaración. Usualmente, uno puede formarse ideas respecto a determinado pasaje escritural sin que tales ideas sean exactamente lo que el relato dice o quiere dar a entender. Este estudio podría aclarar lo que realmente aconteció al profeta, con lo cual el lector fácilmente concluirá en que la idea tradicional no está correcta cuando afirma que él fue llevado hasta el trono de Dios.
Comencemos el estudio con el siguiente subtítulo:
Es importante mantener en nuestra mente que la palabra cielo no siempre identifica al lugar donde mora Dios. Esa palabra sirve para identificar como mínimo a tres cielos, miremos el primero:
“Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra” (Génesis 1:17).
Después que creó el sol y la luna, nuestro Dios los colocó “en la expansión de los cielos”. Esto significa que a la expansión donde están los astros se le llama cielo. Veamos otro cielo:
“Y a toda bestia de la tierra, y a toda ave de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer” (Génesis 1:30).
Si se observa, el texto menciona a “las aves de los cielos”, es decir que vuelan en los cielos, lo cual claramente nos dice que donde vuelan las aves es llamado cielo. Veamos el tercero:
“Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé, Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo” (II Corintios 12:2).
Sin detenernos a mirar el asunto del cual Pablo está hablando (porque no es eso lo que nos ocupa), importante es notar que él menciona el tercer cielo, que es precisamente donde está el trono celestial.
De la consideración de estos tres versículos puede concluirse que existen tres cielos, el primero es donde vuelan las aves, el segundo es donde están los astros y el tercero es donde mora nuestro Dios.
Haciendo uso de razón uno puede formularse al menos dos preguntas: ¿A cuál de estos tres cielos fue arrebatado Elías? La segunda es: El hecho que II Reyes declare que Elías subió al cielo, ¿necesariamente significa que ese cielo es donde Dios habita? Si se lee ese texto sin ánimos de alterarlo, entonces se entiende que la narración únicamente dice que Elías fue alzado al cielo, mas no dice que fue alzado al cielo donde mora Dios. Leer el pasaje y decir que el profeta fue llevado hasta allá, es nada más un arreglo mental que al texto se le hace. ¿Acaso no es cierto que al leer el texto inmediatamente salta a la imaginación un escena donde aparece Elías sobre un carro tirado por dos o cuatro caballos que velozmente avanza hacia la gloria?
Sí, tal como este subtítulo dice, el alzamiento de Elías al cielo no es un caso aislado, al evangelista Felipe le sucedió algo similar:
“Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino. Pero Felipe se encontró en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea” (Hechos 8:3940).
Otro caso que talvez podría tomarse como similar es el de Ezequiel:
“Y aquella figura extendió su mano, y me tomó por las guedejas de mi cabeza; y el Espíritu me alzó entre el cielo y la tierra, y me llevó en visiones de Dios a Jerusalén, a la entrada de la puerta de adentro que mira hacia el norte, donde estaba la habitación de la imagen del cielo, la que provoca a celos” (Ezequiel 8:3).
Digo que talvez podría tomarse como similar sencillamente porque el profeta fue alzado en el aire, con todo, no se dice que fue mantenido inmóvil o si el haber sido alzado fue para transportarlo a Jerusalén. La descripción de todo el capítulo 8 podría sugerir que él no estuvo inmóvil puesto que se movía de un lugar a otro. Esta conclusión cabe adecuadamente dentro de las posibilidades.
Con todo, el caso de Felipe es más claro, indicando que él fue transportado por el Espíritu a otro lugar para continuar su misión de evangelista.
El apóstol Juan dice:
“Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del hombre que está en el cielo” (Juan 3:13).
Al leer este texto inmediatamente la creencia respecto a la ida de Elías al tercer cielo suena totalmente incongruente. Juan dice que “nadie” subió al cielo donde mora Dios excepto el Hijo de Dios ¿Está claro?
Si nadie subió al tercer cielo, eso incluye a Elías. Él no fue llevado hasta el trono de Dios en la gloria.
Conviene pues bosquejar la situación de una manera que no resulte difícil de entender, lo cual empieza a continuación.
Al leer II Reyes capítulos 1, 2 y 3 se observan varias escenas necesarias para entender lo que sucedió a Elías. El capítulo 1 dice que Elías profetizó la muerte de Ocozías, rey de Israel. Esto lo hizo poco antes de ser levantado al cielo. En el capítulo 2 se narra su alzamiento, quedando Eliseo como su sucesor. El capítulo 3 dice que Joram, sucesor de Ocozías comenzó a reinar en el año dieciocho del reinado de Josafat, rey de Judá. Tanto el nombre de este rey, Joram, como el año en que comenzó a reinar son importantes para nuestro estudio, por lo cual no deben olvidarse.
En II Reyes 8:16-17 dice:
“En el quinto año de Joram hijo de Acab, rey de Israel, y siendo Josafat rey de Judá, comenzó a reinar Joram hijo de Josafat, rey de Judá. De treinta y dos años era cuando comenzó a reinar, y ocho años reinó sobre Jerusalén”.
En este pasaje aparecen dos Joram: Uno es el rey de Israel que tenía cinco años de estar reinando cuando empezó a reinar Joram hijo de Josafat sobre Judá. De acuerdo al capítulo 3:1 que estamos mencionando, el Joram israelita inició su reinado en el año dieciocho del reinado de Josafat. Quiere decir entonces que el Joram hijo de Josafat comenzó a reinar sobre Judá cuando era el año veintitrés del reinado de su padre. Si esto le parece un tanto confuso, no se preocupe, más adelante lo mirará más claro.
En I Reyes 22:42 dice:
“Era Josafat de treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén...”
Cito este texto sólo a manera de secuencia, para corroborar que Josafat reinó veinticinco años. Además, sirve para dejar en claro que su hijo y sucesor Joram tenía para ese momento unos tres años de estar reinando en compañía de su padre. A partir de esos tres años tomaría el reino como herencia.
En II Crónicas 21:1 y 12-15 dice:
“Durmió Josafat con sus padres, y lo sepultaron con sus padres en la ciudad de David. Y reinó en su lugar Joram su hijo...Y le llegó una carta del profeta Elías, que decía: Jehová el Dios de David tu padre ha dicho así: Por cuanto no has andado en los caminos de Josafat tu padre, ni en los caminos de Asa rey de Judá, sino que has andado en el camino de los reyes de Israel, y has hecho que fornicase Judá y los moradores de Jerusalén, como fornicó la casa de Acab; y además has dado muerte a tus hermanos, y a la familia de tu padre, los cuales eran mejores que tú; he aquí Jehová herirá a tu pueblo de una gran plaga, y a tus hijos y a tus mujeres, y a todo cuanto tienes; y a ti con muchas enfermedades, con enfermedad de tus intestinos, hasta que se te salgan a causa de tu persistente enfermedad”.
Por favor ponga gran cuidado en la lectura de estos versículos ya que están hablando de Joram sucesor de Josafat.
El texto claramente dice que Elías le envió una carta de sentencia, diciéndole que por no haber obedecido a Dios como lo hizo Josafat su padre, moriría de una penosa enfermedad, la cual consistió en salírsele los intestinos.
¿Notó usted? ELÍAS LE ENVIÓ UNA CARTA, lo cual fue aproximadamente dos años después de haber muerto Josafat. Quiere decir entonces que cuando Elías fue arrebatado al cielo no fue llevado a la gloria como tradicionalmente se cree, más bien él fue levantado y transportado de un lugar a otro aquí mismo en la tierra.
Es interesante observar que al momento de su alzamiento, él habitaba en el reino de Israel. Su arrebatamiento sucedió en el año dieciocho del reinado de Josafat. Después de eso desaparece totalmente de la narrativa bíblica. No se le vuelve a mencionar sino hasta unos nueve años después, que fue cuando le envió la carta a Joram, lo cual sucedió dos años después de haber muerto Josafat.