Dios es un ser viviente. Él tiene vida autoexistencia y carácter. Los tres elementos de la personalidad son intelecto, sensibilidad y voluntad. Él, que es un ser viviente, tiene habilidad para pensar, sentir y escoger. La Biblia prueba que Dios es un ser viviente describiendo los atributos de su personalidad. Dios tiene habilidad para pensar, sentir y escoger. Él ve, oye, conoce, habla, ama, desea y trabaja.
La verdadera religión se hace posible porque Dios es un ser a quien el creyente puede amar, adorar, conocer, y obedecer.
Una relación personal entre Dios y el hombre ha sido posible porque Dios es un ser y el hombre fue creado a su imagen. Cuando el creyente ora, él sabe que Dios verá y oirá y responderá. La salvación es el proceso mediante el cual los pecadores se colocan en una relación de redención con esta persona divina por la obra mediadora de Jesucristo.
El que creó, sostiene, y gobierna el universo es un ser viviente. "Vosotros debéis convertiros de estas vanidades al Dios vivo, que hizo el cielo, la tierra, el mar y las cosas que en él hay" (Hechos 14:15). El Creador es mayor que la criatura.
El autor de la vida debe haber tenido vida en sí para dar vida a sus criaturas.
Los hombres tienen vida y personalidad. Ellos tienen el poder de autoconciencia y autodeterminación. Puesto que Dios es mayor que el hombre, Dios debe ser un ser viviente.
Pablo usó un argumento similar cuando trataba con los filósofos en Atenas. "porque en él vivimos, nos movemos y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: "Porque linaje suyo somos". Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres." (Hechos 17: 28,29).
El viviente, Dios personal, y existe por sí mismo. La fuente de su existencia está en él mismo. Todos los hombres y criaturas en el universo dependen de Dios para la vida. Éstos recibieron sus existencias a través de él. Si no fuera por Dios, éstos no podrían vivir. Dios, por otro lado, tiene vida en sí mismo. Él existe sin dependencia de sus obras. Dios vive antes de la creación del universo. El universo depende de Dios, pero Dios es independiente del universo para existir.
1. Idolatría. Los hombres que adoran ídolos niegan la personalidad de Dios. Denunciando la idolatría que prevalecía en las antiguas naciones, los profetas bíblicos fuertemente enfatizaron la verdad de que Dios es un ser viviente. Ellos mostraron que los ídolos son inanimados, sin vida, impersonales. "Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres. Tienen boca, pero no hablan; tienen ojos, pero no ven; orejas tienen, pero no oyen; tienen narices, pero no huelen; manos tienen, pero no palpan; tienen pies, pero no andan, ni hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen y cualquiera que confía en ellos. Israel, ¡confía en Jehová!”(Salmos 115: 4-9).
Describiendo a Dios en contraste a los ídolos, Jeremías declaró, "Mas Jehová es el Dios verdadero". (Jer. 10:10).
Los profetas bíblicos mostraron la superioridad de Dios en relación a los ídolos diciendo que los ídolos son cosas mientras Dios es un ser vivo. Los hombres hacen ídolos, pero Dios hizo a los hombres. Si los constructores de ídolos son hombres, mucho más verdad aún es que Dios es un ser viviente.
2. Materialismo. Muchos filósofos modernos niegan la personalidad de Dios. Algunos hombres se refieren a Dios como ley o fuerza impersonal. Ellos lo comparan a la electricidad, la gravedad, o la energía atómica. Ellos lo describen como poder infinito e impersonal. Otros hombres piensan en Dios como un mero ideal. Ellos dicen que Dios es otro nombre para la bondad, la verdad y la belleza. Este pensamiento es frecuentemente expresado en la literatura.
3. Panteísmo. El panteísmo niega la personalidad de Dios. Afirma que Dios es todo y todo es Dios. Dios no existe sin sus criaturas. Afirma que si el universo deja de existir, Dios cesaría su existencia. A veces el materialismo es descrito como la palabra “Alma", "Pensamiento Universal", el "Divino Principio." Muchos cultos religiosos modernos incorporan el panteísmo. Algunos de estos cultos que niegan la personalidad de Dios son la Ciencia Cristiana, Unidad, Ciencia Divina, Teosofía y Espiritualismo. Los cristianos bíblicos rechazan el panteísmo. Ellos afirman creer en Dios como un ser viviente y amable. Con Pablo declaran: "confiamos en el Dios vivo." (1 Tim. 4:10).
¿Cuál es la naturaleza física de Dios? ¿Tiene un cuerpo como los hombres presentan? ¿Dios es orgánico o inorgánico? ¿Es material o inmaterial? Hay dos teorías sobre la naturaleza física de Dios: (1) la teoría inmaterialista, y (2) la teoría antropomórfica.
1. La Teoría Inmaterialista. Algunos hombres creen que Dios es una persona pero que no tiene cuerpo físico material. La profesión de fe de Westminster declara: "Hay un Dios vivo y verdadero, que es infinito en la existencia y perfección, un espíritu más puro, invisible, sin cuerpo, partes ni pasiones." De acuerdo con esta teoría, Dios creó al hombre según su imagen intelecto-moral pero no en su imagen física. Los escritos que declaran que Dios tiene una cabeza, pelo, mente, cara, ojos, oídos, nariz, boca, voz, brazos, manos, pies y que habitando en un lugar, son explicados como meramente expresiones humanas usadas por los escritores bíblicos atribuyendo el contenido infinito a la comprensión del hombre finito. Los hombres que creen que Dios es inmaterial generalmente llaman sus teorías: "la espiritualidad de Dios." En la búsqueda de probar esta teoría, ellos citan a Juan 4:24, "Dios es espíritu."
2. La Teoría Antropomórfica. Otros hombres creen que Dios tiene cuerpo real, literal y material. Esta teoría asegura que Dios creó al hombre a su imagen física así como a su imagen intelectual y moral. Los hombres que creen que Dios tiene una naturaleza material aceptan literalmente las escrituras que describen a Dios como teniendo cuerpo físico. Estos que creen así explican que ese verso, "Dios es espíritu" (Juan 4:24), no tiene intención de describir a Dios en el mundo en contraste con la materia, sino que Dios puede ser encontrado dondequiera que el corazón humano lo busque.