"Pues hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo." (1 Tim. 2: 5,6).
Hay un Dios, una raza humana y un mediador entre ambos. El único Dios es la fuente de todas las cosas creadas. Su carácter es santidad, amor y verdad. La raza humana se originó de sus ancestros, Adán y Eva. La raza humana tuvo un origen común y constituye una unidad. La raza humana completa está en pecado y necesita salvación. El único mediador es Jesucristo, el único nacido de Dios. Él es la única persona que puede servir como mediador entre Dios y la raza humana. Si Jesús nunca hubiera cumplido su trabajo como mediador, esta obra nunca habría sido cumplida. Incluido en esta verdad están los hechos de la unidad de Dios, la unidad de la raza humana, y la singularidad de Cristo.
Antes de que Adán pecara la raza humana no necesitaba un mediador. El carácter del hombre reflejaba la apariencia moral de Dios, él vivía en sumisión a las ordenanzas de Dios y obedecía la voluntad de Dios. El hombre anduvo en compañía de Dios. Una relación divino-humana satisfactoria fue mantenida entre el Creador y la criatura.
Adán y Eva sin embargo, se rebelaron contra la autoridad de Dios; rechazaron obedecer sus leyes. La relación amistosa divino-humana se rompió. El hombre caído caminó solo. Por elección propia Adán levantó una barrera entre él y Dios. Él cerró completamente la puerta de la amistad y se encerró adentro. Las ventanas de su corazón que celestialmente habían sido abiertas ahora estaban cerradas. Su corazón estaba lleno de oscuridad. Su contacto vertical con Dios fue destruido. La posteridad de Adán, por lo tanto, nació con un carácter diferente de Dios, opuesta a su gobierno y predispuesta a transgredir las leyes de Dios.
Los pecadores están ante Dios como criminales bajo condenación, como enemigos extraños a la amistad de Dios, y como los que no tienen contacto vital con Dios. Considere la imagen oscura de la posición del pecador ante Dios reveladas en Efes. 2:12; "Que en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la república de Israel, y extranjeros a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo." ¡Qué contraste existe entre el único Dios en su santidad y la raza humana en sus pecados!
Visualice una moderna carretera en la meseta de una alta montaña que repentinamente llega a un abrupto fin en el extremo de una profunda hendidura. A través del ancho desfiladero se puede ver la alta pendiente de un gran acantilado que forma la pared opuesta del cañón. Allí, en la cima de la montaña, se puede ver la continuación de la carretera. Para alcanzar el otro lado del valle sería necesario bajar una pared vertical de roca sólida, cortar ese camino por la densa selva tropical, y luego escalar el empinado lado opuesto.
Esta es la imagen de la inmensa separación entre Dios y el hombre. El hombre deliberadamente se rebeló contra Dios y creó una infranqueable grieta entre criatura y Creador. Una montaña escarpada figura a Dios en su santidad. El lado opuesto de la grieta representa a la raza humana en sus pecados.
Dios en su infinita santidad no puede perdonar al pecador a menos que su justicia sea satisfecha por el pago por la pena del pecado. El hombre en su pecado no puede experimentar la vida eterna, por propia realización, luz espiritual y verdadera libertad, separado de una adecuada relación con Dios. Debe existir un puente a lo largo de la brecha para que haya una continua carretera de doble vía entre el hombre y Dios. Sin esta estructura los pecadores no pueden encontrar salvación y las bendiciones de Dios no pueden fluir en sus vidas.
El hombre a través de su esfuerzo nunca podría construir un puente entre él y Dios. La salvación no se originó en el hombre; y no está basada en la obra humana. La salvación se origina en Dios, es planeada por su sabiduría, preparada por su amor, y efectuada a través de su poder. Jesucristo como mediador es el puente entre Dios y los hombres. Este puente es una realidad por la iniciativa divina. "De tal manera amó Dios al mundo que dio ...". Dios es quien levantó la barrera que el hombre colocó.
Jesús es uno y único mediador entre Dios y la raza humana. Él es el único Salvador, el suficiente sacrificio, el perfecto y eterno Gran Sacerdote. Sólo él está calificado para servir como Mediador. Él es el único que se necesita. Él excluye a todo lo demás. Ninguna persona podría jamás ocupar su posición o ejecutar su obra de mediador. Ni ángel, ni animal, ni pecador podría haber servido como mediador. Jesús permanece único en su habilidad para cumplir los requisitos necesarios de un mediador entre Dios y los hombres.
Hay un sentimiento creciente entre los modernos pensadores que sugieren la creación de una religión universal para toda la humanidad. Ellos sienten que las religiones paganas son tan válidas como el cristianismo. Ellos pueden concordar que el Cristianismo es superior a otras religiones, pero niegan que es el único medio de salvación. Ellos insisten en que todas las religiones tienen buenos elementos. Cada religión tiene algún factor en el cual es superior a todas las demás. Ellos sugieren que se debería combinar los mejores elementos de todas las religiones para crear una fe mundial y una iglesia mundial.
La Universidad del Estado de Oregon patrocinó por cinco días un parlamento de Religiones Mundiales en celebración a su 75 aniversario. Los oradores invitados representaron al protestantismo, catolicismo, judaísmo, hinduismo, budismo, confucianismo, taoísmo, islamismo y ortodoxos orientales.
El presidente de la sociedad musulmana de los E.U.A, declaró: "Quiera que Él, sea Allah, Jehová, o Dios - Él es el mismo Dios. Para llegar a Él, los caminos son diferentes, pero todas son veredas de verdad para los que creen en él.
El Dr. William Ernest Hocking, mayoral del Depto. de Filosofía en la Universidad de Harvard, expresó pensamientos similares en su libro “Living Religions y The World Faith”. (Religiones vivas y la fe mundial).
El Dr. Wilbur M. Smith, que se opone a esta creciente tendencia hacia una religión ecléctica, cita al profesor Edgar Brightman, profesor de filosofía en la Universidad de Boston desde 19l9:
"La Iglesia Cristiana vendrá a reconocer al Budismo, Hinduismo, Confucianismo y Modernismo, otros caminos a Dios. El cristiano tratará a representantes de otras religiones, no como paganos enemigos de la fe.” (Smith, Wilbur op. Cit. P. 94)
Un editorial en la revista Life ofrece el siguiente comentario sobre la posición de nuestro Señor de que ningún hombre puede venir al Padre excepto a través de Él: "Esta es ciertamente una simple declaración, aunque pocas palabras presenten más dificultades para la mente moderna. ¿Esto significa que una sola Iglesia, o una sola fe, sea el camino para Dios? Tomado literalmente, condenaría a todos los santos hombres que llegaron a Dios a través de otras religiones - el camino del Tao, del Hinduismo, del Buda, o Mahoma. Un Dios tan parroquial que excluye a estos santos extranjeros de su reino no suena como un Dios de misericordia predicado por Cristo.”
Los lectores de la revista Life sobre “Las Grandes Religiones” son advertidos que el Cristianismo no es la única estructura de una verdadera vida espiritual. El estudio comparativo de las altas religiones requiere respeto para todas y ha dirigido a los hombres a encontrar en todas ellas, "alguna verdad". Toynbee, por ejemplo, cree que hay variaciones en un solo tema, de modo que todos los componentes de esta esfera de músicos celestiales pueden ser audibles en la tierra simultáneamente, y con igual claridad a un par de oídos humanos, el feliz oyente se encontraría oyendo no una discordia sino una armonía. ("Ways to God". Life, 11 de abril de 1955, pág. 48).
Los hombres que están trabajando por la unión de todas las religiones admiten el hecho de que todas las religiones son diferentes y presentan alguna variación de las ordenanzas. El hinduismo dice: "La verdadera norma es observar y hacer las cosas de los demás como se hace por las propias. El Confucianismo dice: "Alguien debería buscar para los demás la felicidad que desea para sí ". Zoroastrismo: "Haz lo que quisieras que hicieran.” "Islam:" Ninguno de ustedes trate a su hermano como a ustedes no les gustaría ser tratado" o "Ninguno de vosotros es un cristiano hasta que ame a su hermano como se ama a sí mismo". El Judaísmo enseña: "Cualquier cosa que no desees que tu vecino te haga, no se lo hagas"
La ley áurea cristiana dice: "Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos".
El cristianismo no es simplemente una religión entre muchas. Es la religión. Jesús es el único salvador. El cristianismo es el único camino a Dios. Todas las demás religiones son carreteras sin salida. Los líderes de las religiones paganas pueden haber sido "hombres santificados", pero ellos son pecadores perdidos separados de Cristo. Jesús dijo, "Yo soy el camino, la verdad y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí". (Juan 24: 6).
Pedro declaró, "en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado á los hombres, en que podamos ser salvos". (Hechos 4:12). Pablo escribió: "Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre". (1 Tim. 2: 5). Jesús es el único eslabón redentor entre el cielo y la tierra. Él es el único puente entre el Creador y la criatura. Él es la única puerta entre Dios y el hombre. Si el hombre cierra esa puerta, no hay otra oportunidad para la salvación.
El cristianismo es la religión perfecta de Dios para toda la raza humana. Es el fin de todas las religiones, y no tiene fin. Es la revelación final de Dios a los hombres. Todo progreso religioso adicional podrá ser un crecimiento de la humanidad en sí (pero no más allá) del cristianismo, o de una percepción o aplicación más completa del espíritu y ejemplo de Cristo. El reino de Dios intenta abrazar a todas las naciones y durar para siempre. El cristianismo es la más racional de todas las religiones, y es coherente con la más alta cultura. Sus doctrinas y hechos incluso están por encima, pero no contra la razón, y la mayor razón es elevada y purificada; la proximidad da acceso a la revelación. La religión cristiana está dirigida a grandes intelectos, así como al más humilde de lo niños. Otras religiones no pueden tolerar el toque de la crítica, ni sobrevivir a una avanzada etapa de cultura intelectual. El cristianismo es la religión de la humanidad. Es universal, adaptada a toda la raza humana, mientras que todas las otras religiones en capacidad y extensión son étnicas, limitadas a una o más naciones.
El cristianismo es universal no sólo en cuanto a la extensión, sino también internamente, en lo que es oportuno a todas las clases, estados y condiciones del hombre. El cristianismo trae la misma bendición a todos, y requiere las mismas obligaciones para todos. Es compatible con toda forma de gobierno, con todo tipo de sociedad, con toda cultura y con todo el largo progreso y desarrollo físico, intelectual y moral. Nunca se puede reemplazar o volver a colocar. El cristianismo es lo completa. Es la plenitud y la armonía de todas las verdades que se encuentran dispersas a través de las diferentes religiones, sin sus correspondientes errores y defectos. (Schaff, Philip. Theological Propaedeutic (Teología Propedéutica), Nueva York: Scribners, 1904, pp. 59-62).
Jesús es el único mediador requerido; su obra es completa, autosuficiente, y eternamente eficaz. Hay un solo puente que cruza el abismo entre Dios y el hombre; no hay necesidad de ningún otro. Nada podría extenderse entre el creyente y Dios, excepto Jesucristo. Cuando Él se coloca entre los dos, Él no es una barrera ni un bloqueo; Él es una ventana por la que puede ver a Dios y una puerta abierta por la que se puede entrar a la comunión con Dios.
El sacrificio de animales y sacerdotes humanos no son necesarios. La epístola a los Hebreos muestra que los sacrificios y sacerdotes del antiguo pacto simplemente apuntaron hacia el trabajo perfecto de Cristo. Como el eterno Gran Sacerdote y suficiente sacrificio Jesús sustituye y sobrepasa a todos los demás. No hay necesidad de un sistema sacerdotal terreno para mediar entre el creyente y Dios. La Iglesia Católica Romana enseña que los pecadores tienen contacto con Cristo únicamente a través de ella; la Biblia enseña que los hombres se convierten no debido a la Iglesia sino por la unión directa con Cristo.
El catolicismo romano asegura que María y otros santos muertos son intercesores a través de los cuales se puede orar a Dios. De acuerdo con la Biblia, los hombres muertos están inconscientes en sus sepulturas. "No hay trabajo, ni proyectos, ni conocimiento, ni sabiduría, en la sepultura, a dónde vas" (Ecles. 9:10). Es inútil orar a María, Pedro, Pablo, Juan, o cualquier otra persona muerta; no pueden oír oraciones, y no pueden orar a Dios mientras están muertos. Los méritos de Jesús en cuanto al sacrificio e intercesión son infinitos. Su sacrificio es suficiente; por lo tanto él es el único mediador que el hombre necesita.